Gracia - Redención - Salvación
La Gracia de Dios.
La Gracia de Dios.
1. En el antiguo Testamento ya se halla la pura bondad de Dios que ama al pecador, y que anhela, no su muerte, sino su conversión y su vida (Ezequiel 18:23). Sobre la base de la ley, el hombre sólo podía ser justificado por las obras, y ello era imposible (Gálatas 3:10-12). Esta es la razón de que ya de entrada el Señor deje entrever que ha elegido a Israel sin mérito alguno de parte de ellos (Dt. 7:7-8; 9:4-5). Dice El:“Tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente”, por cuanto es “misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad” (Exodo 33:19; 34:6-7). Los sacrificios cruentos que prefiguraban la Cruz, se asoció provisionalmente a los que creían la remisión y purificación de los pecados (Hch. 9:22; Ex. 12:13; Lv. 4:20,26,31,35; 16:30, etc.). También el salmista podía ya celebrar la gracia que le daba la salvación (Sal. 32:1-5). Si Dios guardara el recuerdo de las iniquidades, nadie podría mantenerse en pie; pero en El se encuentra perdón, misericordia y redención en abundancia (Sal. 130: 3-4,7-8). Y el creyente clama: “Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, según esperamos en ti” (33:22).
2. La gracia vino por Jesucristo, en tanto que la ley fue dada por Moisés (Jn. 1:17). “porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación de toda la humanidad” ( Tito 2:11 ). El antiguo Testamento no podía más que prometer o anticipar aquello que la manifestación viviente y visible de la gracia de Dios en Jesucristo iba a hacer real y definitivo. “Porque ya conoceís la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2 Co. 8:9).
3. Es en la Cruz que resplandece la gracia salvadora. La venida del Señor a la tierra no era suficiente. La gracia no es un efecto de la misericordia de un Dios dispuesto por su bondad a otorgar un perdón pleno. Su santidad y justicia absolutas tenían que ser satisfechas al mismo tiempo que su amor: para esto fue preciso el sacrificio expiatorio del Calvario. Jesús descendió “para que por la gracia de Dios diera su vida por todos los pecadores” “todos pecaron... siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Es El que vino a ser “propiciación por medio de la fe en su sangre” (Ro. 3:23-25).
4. La gracia sólo puede ser recibida por la fe. Somos “Justificados gratuitamente por su gracia...; es por fe, para que sea por gracia... Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia” (Ro. 3:24; 4:16; 11:6). Esta es la gran doctrina de la salvación por la sola fe, sin obras ni méritos personales para alcanzarla, y que los reformadores tan claramente sacaron a la luz.Volvamos a Pablo: “porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no es de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Ef. 2:8-9). A Dios “tenemos entrada por la fe a esta gracia” (Ro. 5:2). Es por esta razón que la salvación es mencionada como don de la gracia en varias ocaciones ( Ro. 5:15, 16; Ef. 2:8; 3:7; 4:7; etc. ). ¿Qué más hace falta hacer, para recibir un don tan magnánimamente ofrecido, que aceptarlo “con acción de gracias” ? Es también indispensable aceptarlo humildemente por la fe, por cuanto Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes (1Pedro 5:5; Lucas 18:11-14).
5.Los efectos de la gracia en nosotros. Son maravillosos y completos, hasta el punto que se puede decir de la gracia que es el mismo Señor actuando para nuestra salvación. La gracia da el pleno perdón de los pecados: “Cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia” (Ro. 5:20). “Os dio vida juntamente con él (Cristo), perdonándonos todos los pecados” (Col. 2:13). Somos “jutificados por su gracia” (Tito 3:7). “Creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos” Hech.15:20. “Buena cosa es afirmar el corazón en la gracia” ( Hch. 13:9 ), que nos da una consolación eterna y una buena esperanza ( 2 Ts. 2:16 ). Dios rodea al justo de su favor con un escudo (Sal. 5:12). Los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia reinarán en vida por Jesucristo (Rom. 5:17,21). Esta gracia o favor “dura toda la vida” ( Sal. 30:5 ). Tales beneficios son tan numerosos que el creyente no podría desear más. Esta es la razón del deseo apostólico “que la gracia... sea con vosotros”, que se halla 31 veces en las Epístolas y en Apocalipsis. El resumen del mensaje del Evangelio es el testimonio que el Señor y los suyos rinden a “la Palabra de su gracia” ( Hch. 14:3; 20:32). El que ve almas salvadoras puede decir que ha visto la gracia de Dios( Hch. 11:23 ). A los nuevos convertidos se les persuadía “a que perseverasen en la gracia de Dios (Hch. 13:43).