Daniel Interpreta el Sueño de Nabucodonosor

Después de un tiempo transcurrido los jovenes hebreos desempeñaban valiosos cargos en la corte real. Pero aconteció que un día inesperado, el rey Nabucodonosor se levantó perturbado y nervioso, devido a un sueño que había tenído mientras dormía aquella noche. El rey trataba de recordar aquel sueño que se había desvanecido de su mente. Luego, muy temprano ese día convocó a “magos, astrólogos, y adivinos” para que la revelasen aquel sueño que lo tenía turbado. Vinieron aquellos hombres y se presentaron delante del rey. Y el rey les dijo: He tenído un sueño y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño. Entonces hablaron los caldeos: Rey, para siempre vive; dí el sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación (eran astutos y mentirosos, esperaban escuchar algo e inventaban falsas respuestas). Pero respondiendo el rey les dijo: El asunto lo olvidé; sino me muestran el sueño y su interpretación, serán hechos pedazos y sus casas serán convertidas en escombros. Pero si me muestran el sueño y su interpretación, recibirán de mí dones y favores y gran honra.  
   Aquellos falsos y mentirosos insistían que era muy difícil decifrar algo asi para cualquier ser humano, y que solamente podían los dioses cuya morada no es con la carne. Entonces el rey con ira y gran enojo mandó a que matasen a todos los adivinos de Babilonia. Aunque los jovenes hebreos no estuvieron allí presentes, corrían la misma suerte que aquellos adivinos caldeos.  
   Entonces por orden del rey se publicó el edicto de que los sabios y advinos fueran llevados a la muerte; y buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos. Daniel buscó al capitán de la guardia “Arioc” y le preguntó: ¿Cuál es la causa de que este edicto se publique de parte del rey tan apresuradamente? Entonces él le dijo a Daniel lo que sucedía. Daniel se apresuró y fue ante el rey y le pidió tiempo para que él pudiera decifrar aquel sueño. Después buscó a sus compañeros y les pidió sus oraciones (en la oración hay poder), para que Jehová-Dios le revelase aquel sueño.  
   Aquella noche Daniel y compañeros, concientes de que Dios les iba a revelar el misterio de aquel sueño (Dios mismo había enviado aquel sueño al rey, y Dios mismo hizo que lo olvidara), y ejerciendo una fe poderosa; pidieron misericordia al Dios del Cielo. Jehová-Dios “se manifestó en visión a Daniel” y le reveló el sueño y su significado. Entonces Daniel en alabanza exclamó: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyo son el poder y la sabiduría: El muda los tiempos y las edades; quita los reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y da ciencia a los entendidos: El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz. A ti oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; dándonos a conocer el asunto del rey.       
   Muy temprano por la mañana Daniel se presentó ante el “capitán Arioc,” y le dijo así: No mates a los sabios de Babilonia; llévame ante la presencia del rey, y yo le mostraré la interpretación. Arioc fue ante el rey y dijo: Uno de los muchachos hebreos viene a decifrar tu sueño. El rey lo hizo pasar y le preguntó: ¿ podrás tu hacerme conocer aquel sueño y revelarmelo? Daniel respondió: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos y adivinos lo pueden revelar al rey. Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber a ti oh rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama: Estando tu, oh rey, “meditando” en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de suceder en el futuro; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de suceder: Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey su interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón: Tu oh rey, veías, y he aquí una gran imagen: esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible: la cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. Luego, tu oh rey; estabas mirando aquella imagen, y de pronto: Una gran piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó a toda la tierra. 
   Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey. 
   Tu oh rey, eres el rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado el reino, poder, fuerza y majestad: Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado todo el dominio sobre todo; tu eres aquella cabeza de oro: Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre la tierra: Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo: Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en el algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido: Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil: Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro.
   Y en los días de estos reyes el Dios del cielo  levantará un reino que no será jamás destruído, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro: El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en tiempos venideros; y el sueño es algo verdadero, y fiel es su interpretación. 
   Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofrecieran presentes e inciencio. Entonces el rey habló a Daniel, y le dijo: Ciertamente tu Dios es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio. 
   El rey Nabucodonosor engrandeció a Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones, y le hizo gobernador de toda la provincia de Babilónia, y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia. Entonces Daniel le solicitó al rey, y obtuvo que pusiera sobre sus negocios de la provincia de Babilónia a Sadrac, Mesac y Abed-nego; y Daniel estaba en la corte del rey.