Jose es vendido a los ismaelitas

En los momentos de angustia es cuando Dios está más cerca de nosotros, el joven José encerrado en aquella oscura cisterna imploraba a Jehová-Dios por su suerte; y he aquí la respuesta divina. Sus malos hermanos se habían sentado a comer tranquilamente sin importarles la suerte de su joven hermano, de pronto apareció inesperadamente una caravana de ismaelitas que venían de Galaad, y en sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? Venid y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia sangre. Cambiando de parecer decidieron venderlo como esclavo. 
   Entonces fueron a la cisterna y sacaron a José y realizaron el negocio (por veinte piezas de plata lo vendieron) con los ismaelitas.
   Antes de lo sucedido Ruben se había retirado a apacentar a las ovejas, y cuando volvió fué directamente a la cisterna, y al no hallar a su hermano ragó sus vestidos; y fue al encuentro de sus hermanos, y les preguntó: ¿El joven donde está? Luego se enteró de lo que ellos habían hecho, y se dio cuenta de que era demasiado tarde para poder rescatarlo. Ruben se tuvo que unir al engaño y mentira que todos ellos le iban a decir a su anciano padre. 
   Entonces tomaron la túnica de José, y desgollando a uno de sus cabritos tiñeron la túnica con la sangre, y la trajeron a su padre y le dijeron: “Esto hemos hallado; reconoce ahora si es la túnica de tu hijo, o no. Y él inmediatamente la reconoció y les dijo: La túnica de mi joven hijo es; posiblemente alguna fiera lo ha devorado; mi hijo murió. Angustiado Israel rasgó sus vestidos y lloró, y se levantaron sus hijas para consolarlo; y también sus hipócritas y malvados hijos trataron de darle consuelo, y él dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol.” Y los mercaderes ismaelitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia.  
   Los caminos de Dios algunas veces son muy difíciles de entender. Muchas veces nos pasan cosas que no podemos comprender, nosotros planeamos algo; y nos vemos frustrados al no poder lograr el objetivo que nos habíamos trazado. Recordemos una vez más que nuestro Dios siempre quiere lo mejor para todos sus hijos. Cuando llegamos a entender el plan divino, nos damos cuenta que lo que Jehová-Dios nos está dando; es superior a lo que nosotros habíamos planeado.