Pablo en la isla de Malta (Hechos.28:1-10)

   Estando ya a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta. Los nativos del  lugar nos recibieron muy amablemente encendiendo una fogata para calentarnos (nos dice Lucas).“Pablo cooperando juntó varias ramas para echar al fuego, pero una víbora, huyendo del calor; se le prendió en la mano.” Los nativos al reconocer aquel reptil venenoso dijeron: “Ciertatamente este hombre es un homicida, a quien, escapando del mar, la justicia no le deja vivir.”  Pablo, sacudiendo la víbora la echó en el fuego, y ningún daño padeció. “Los nativos estaban esperando que él se hinchase, o cayese muerto de repente, devido al mortífero veneno; mas habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios.  
   Durante “varias semanas tuvieron que quedarse mientras alguna nave nos recogía” para seguir el  viaje a Roma.“Este lapso de tiempo fue aprovechado por Pablo y compañeros (Lucas, Aristarco), para dar a conocer la Palabra; tanto a nativos, como a los que viajaban con ellos.”  
   En aquellos lugares había propiedades del hombre principal de la isla llamado Publio, quien nos recibió y hospedó solícitamente tres días. “Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos y le sanó: Hecho esto, también los otros que sufrían enfermedades en la isla, venían, y eran sanados en el nombre del Señor Jesús; los cuales también nos honraron con muchas atenciones; cuando zarpamos, nos cargaron de todas las cosas necesarias para continuar el viaje.”