Infancia y Juventud de Jesús

 Después de establecerse en Nazaret, nada se nos dice de la vida de Jesús, excepto el incidiente de la visita al templo donde, a la edad de doce años, acompañó a Sus padres (Lucas. 2:41-51). Este significativo episodio revela la profunda piedad de José y María, que se esforzaban en criar piadosamente al Niño; muestra asimismo el precoz desarrollo espiritual de Jesús, que se interezaba especialmente en los problemas religiosos de que trataban los rabinos judíos en sus lecciones, hasta el punto de separarse de Sus padres durante tres días. Todos se asombraban de Su inteligencia, de Sus preguntas, y de Sus respuestas. Este pasaje de Lucas ilustra asimismo el aspecto humano de la vida de Jesús: “ Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para Dios y los hombres” (Lucas.2:52). Ni José ni María divulgaron los hechos asombrosos que acompañaron Su nacimiento. Ni los compañeros de Jesús ni los miembros de Su familia lo consideraron como un ser sobrenatural; pero les debió parecer notable por Su vigor intelectual y por Su pureza Moral.    
    Al tocar otros hechos que los Evangelios mencionan incidentalmente, podemos reconstruir un  bosquejo de las circunstancias de la infancia y juventud de Jesús. Formaba parte de una familia, y tenía cuatro hermanos y varias hermanas(Marcos. 6:3-5). Ciertos exegetas(intérpretes Bíblicos)   suponen que se trataban de hijos procedentes de un matrimonio previo de José; otros pretenden  que se trataba de primos de Cristo. Sin embargo, la evidencia interna de las Escrituras muestran  que se trataba de verdaderos hermanos del Señor (Pasajes Bíblicos para estudiarlos y sacar concluciones: Mt. 1:20-25; 13:55-56; Mr. 6:3; Mt. 12:47-50; Mr. 3:31-35; Lc. 8:19-21; Jn. 2:12; 7:4-9; Hech. 1:14; 1Cor. 9:5; Gál. 1:19; Hech. 12:17; 15:13; Gál. 2:9; Mr. 6:4; Jn. 7:5). En todo caso, Jesús se crió en el seno de una familia, donde conoció alegrías y dolores. Llegó a ser  “carpintero como José ” (Marcos. 6:3), por lo que estaba acostumbrado a la actividad manual; al mismo tiempo, no faltaba una cierta formación intelectual en su medio. Los niños judíos recibían una “enseñanza escritural” muy intensa. En todo caso, las citas que hace Nuestro Señor de las Escrituras demuestran que las conocía profundamente (Juan.7:15). Sus parábolas lo muestran sensible a las lecciones que se desprenden de la naturaleza, y siempre atento a ver el pensar de Dios revelado en Sus obras. Nazaret se hallaba en el linde de la zona más activa del mundo judío, no lejos de donde se habían  desarrollado algunos de los más famosos acontecimientos de Israel. Desde las alturas próximas a la ciudad se podían ver algunos de estos lugares históricos. No lejos de Nazaret se extendía el mar de  Galilea, en torno al cual se encontraba una especie de miniatura de los diversos aspectos de la vida. Era aquella época, como ya se ha señalado, de gran efervescencia política. Los rumores de acontecimientos sensacionales penetraban frecuentemente en los hogares judíos. No hay razón alguna para creer que Jesús hubiera crecido en un aislamiento; es más bien de creer que estuvo constantemente alerta al desarrollo de los acotecimientos en Palestina. Jesús hablaba el arameo, lengua que  había tomado el lugar del antiguo hebreo entre la población judía para esta época;  pero es seguro  que  oyó el griego, y es posible que lo conociera. Los evangelistas pasan en silencio todo este periódo de Su vida, por cuanto sus escritos no se proponen dar Su biografía, sino relatar Su ministerio público. Lo que nosotros sabemos nos permite esbozar la persona del Señor en su aspecto humano, y nos muestra el medio en el que se preparó para Su futura actividad. Las pinceladas que nos dan los evangelistas revelan la belleza de Su carácter y el desarrollo gradual de Su naturaleza humana, esperando la hora en que se presentaría ante Su pueblo como el Mesías enviado por Dios.