Con parábolas y alegorías se proponía comunicar la verdad a los espíritus receptivos, evitando al mismo tiempo dar argumentos a los enemigos. El empleo de las parábolas a partir de este momento es evidencia del aumento del peligro, lo que demandaba una cierta reserva de parte de Cristo (Mateo. 13: 10-18). Con una incomparable habilidad, escondída en estos sencillísimos relatos las verdades más profundas acerca del origen, desarrollo, riesgos y objetivos del Reino espiritual que iba a establecer en el mundo. Al mismo tiempo, estalló una crisis en Galilea. El tetrarca Herodes Antipas empezó a investigar acerca de Jesús. Este discernió en esto una señal de advertencia de posibles complicaciones, análogas a las que habían tenido lugar con el encarcelamiento y la muerte de Juan el Bautista. Por lo demás, el pueblo tuvo ocaciones suficientes para tomar posición con respecto a la enseñanza del Maestro. Un acontecimiento resolvió el problema: Jesús había querido retirarse momentániamente con los doce, pero la multitud se reunió con El en un lugar desierto, sobre la ribera nororiental del mar de Galilea. Lleno de compación hacia estos hambrientos, Jesús los alimentó milagrosamente, multiplicando cinco panes y dos peces. La multitud era alrededor de 5000 hombres, mujeres y niños aparte. Embargados de entusiasmo, los galileos quisieron hacer rey a Jesús (Juan 6:15), lo que mostraba que discernían el sentido de Su misión. Esto marcó el momento de la finalización del ministerio de Jesús entre ellos. Desde el principio, el Señor había dado a entender que había venido para morir, que tan sólo la muerte haría de El el Salvador de toda la humanidad (Juan. 3:14,15). Se debía preparar para este sacrificio. Al día siguiente de la multiplicación de los panes, Jesús pronunció en Capernaum el discurso donde se proclamó a Sí mismo como el Pan de Vida, e insistió en la necesidad de que se comiera Su carne y bebiera Su sangre (Juan. 6:22-71). Después habiendo refutado algunas interpretaciones tendensiosas de los fariseos acerca de las práticas rituales (Marcos. 7:1-23), puso fin a Su ministerio público en Galilea, saliendo de la región con Sus discípulos.