Llamamientos de los discípulos

Jesús comenzó Su obra sin proclamaciones espectaculares. Juan el Bautista se dirigió a algunos de sus propios discípulos hacia Aquel que él calificó como el Cordero de Dios (Juan. 1:29,36). Dos de ellos, Andrés y su compañero Juan, siguieron a su nuevo Maestro (Juan. 1:35-42; ¿Cuántas cosas deben haber hablado? Pero, Juan; no resgistró nada de aquella conversación que ellos tuvie- ron con el Maestro); Andrés le informó lo sucedido a su hermano Pedro y lo llevó a donde Jesús. A la mañana siguiente, Jesús llamó a Felipe y a Natanael ( Juan. 1:43-51 ). Este reducido grupo  acompañó a Jesús a Galilea. En Caná, el Maestro llevó a cabo Su primer milagro. Los discípulos vieron allí la primera señal de Su gloria futura ( Juan. 2:1-11 ). Aquí se puede constatar que Jesús   no llevó a cabo ninguna gran manifestación pública. El nuevo movimiento comenzo por la fe de algunos galileos desconocidos. Pero, según el relato de Juan, Jesús sabía perfectamente bien quién era El y cuál era Su misión. Estaba esperando el momento oportuno para manifestarse a Israel como el Mesías.