Saulo de Tarso Persigue a la Iglesia (Hechos. 8:1-3)

Y Saulo cosentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y Samaria, salvo los apóstoles. Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y mujeres, y los entregaba en la cársel.
Los judíos religiosos (fariseos - saduceos) ejercieron gran persecusión sobre la naciente iglesia cristiana. Nicodemo había abrazado la fe en Cristo, dejando atrás todo aquello que lo unía con estos religiosos. Sin temor a nada protegió empleando sus riquezas a la perseguida iglesia de Jerusalén, y también “incitó” la fe de los discípulos a seguir adelante “trabajando” en la obra del Señor. Aquellos amigos que en otros tiempos lo estimaban, con desprecio y rencor ahora lo perseguían. Este rabino israelita con el tiempo llegó a ser pobre, ya que devido a su nueva fe, perdió aquellos bienes que él tenía; sin embargo, se mantuvo firme en la defensa de su fe.