Daniel en el Foso de los Leones

Inmediatamente después que Darío el Medo asumió el trono antes ocupado por los gobernantes babilónicos, comenzó a organizar su nuevo gobierno. “Le pareció excelente idea poner sobre su reino a ciento veinte sátrapas (gobernadores), que gobernaran en todo su reino. Y sobre ellos a tres altos funcionarios con poderes supremos, y Daniel era uno a quienes estos sátrapas diesen cuenta, para que de ésta forma estuviera bien informado el rey. 
   La iteligencia y la gran sabiduría que Daniel tenía, superaba a todos en el reino. Por lo tanto, el  rey Darío no dudó en ponerlo sobre todo su nuevo reino.”  
   La envidia y celos se hicieron presentes entre todos aquellos funcionarios, que ansiaban surgír en el nuevo gobierno de Babilónia. “Pero Daniel era fiel y cumplía con todo lo que su rey le encomendaba. y por más que buscaban no encontraron falta alguna en él.” 
   Estos altos funcionarios idearon un malevo plan para poder destruír al profeta de Dios. “Llegando frente al rey y le dijeron así: ¡Rey Darío, para siempre vive! nosotros todos los gobernadores de tu reino, magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes hemos acordado por consejo que promulgues un edicto real y lo confirmes, que cualquiera que en espacio de treinta días demande petición de cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado al foso de los leones (Dan. 6:1-7).
   El rey Darío, vanidoso y orgulloso de sí mismo firmó aquel decreto; ignorando que a su mejor siervo lo estaba condenando.“Sin embargo, cuando Daniel se enteró del edicto que había sido firmado, acostumbrado como siempre lo hacía, entro a su casa; y abriendo las ventanas de su recámara que estaban en dirección de Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de Dios, como siempre solía hacerlo.” 
   El Profeta Daniel lleno del Espíritu de Dios, “discernía” todo aquello que estaban tramando los paganos adversarios suyos. “El como un verdadero Hijo de Dios sabía que ante la adversidad, es cuando más se necesita estar en comunión con el Dios del Cielo. Continuó día a día ejerciendo su fe y lealtad al Altísimo Dios Supremo.”  
   Aquellos idólatras paganos se dedicaron a vigilar a Daniel.“ Tres veces al día lo hacía elavando sus manos al cielo, y glorificaba al Verdadero Dios; Creador de los Cielos y todo lo que existe.” 
   La acusación se hizo de inmediato, acudiendo y persuadiendo al rey a ejecutar la sentencia, en contra de Daniel el principal funcionario del Palacio Real.   
   Después de presionar insistentemente al rey Darío le dijeron:“ Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia que ningún edicto u ordenanza que el rey confirme puede ser abrogado.” 
   El rey Darío persivió de inmediato la trampa de que había sido objeto. Lejos estaba el afecto que ellos sentían por su rey, lo único que querían era iliminar a Daniel por medio de un decreto real. 
   Con mucho pesar el rey Darío mandó a llamar a su siervo Daniel, y lo echaron en el foso de los leones. Y el rey muy afectado dijo a Daniel: “El Dios tuyo a quien tu continuamente sirves, él te libre” Y fue traída una piedra y puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo y con el anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se alterase.” 
   Luego el rey muy sentido se fue a su palacio, y se acostó ayuno; ni instrumentos de música como acostumbraba fueron traídos delante de él, y se le fué el sueño, y rogaba por su siervo. 
   Al siguiente día muy temprano por la mañana, el rey Darío apresuradamente se dirigió hacia el foso de los leones, y lleno de esperanza y con voz temblorosa llamó a su siervo: “Daniel, siervo del Dios Viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿Te ha podido librar de los leones? Entonces Daniel respondió al rey: “Oh, rey, vive para siempre: Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hicieran daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delate de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo.” 
   El rey Darío se alegró de gran manera e inmediatamente mandó a sacar a Daniel de aquel foso; y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios del Cielo. “Y dió orden el rey, y fueron traídos aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y fueron echados en el foso de los leones ellos, sus hijos y sus mujeres; y aún no habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y quebrantaron todos sus huezos” (Dan. 6:8-24). 
   Después de lo sucedido el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: “Paz os sea multiplicada. De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios Viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruído, y su dominio perdurará hasta el fin. El salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones.” 
   La historia bíblica nos “narra” que Daniel prosperó durante el reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el persa (Dan. 6:25-28). 
                    
                                                                  FIN