José se descubre ante sus hermamos

Judá muy angustiado se acercó a él y le dijo: “ Ay señor mío te ruego que me permitas que hable tu siervo una palabra en oídos de, mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues tu eres como Faraón. Con palabras dolientes Judá explicó el dolor de su padre de haber perdido a José su amado hijo, y accedió con grandes súplicas que cuidaramos a Benjamín que era el único hijo de Raquel su esposa que le quedaba, y a quien su padre Jacob había amado tan tiernamente. Judá muy dolido y mostrando gran arrepentimiento al igual que el resto de sus hermanos que en silencio esperaban algo inesperado, con sus ojos puestos en él clamaban en silencio; mostrando profundo dolor por lo acontecido. José no pudo más y mandó a que salieran todos ecepto sus hermanos que aun no entendían lo que estaba sucediendo, y con gran llanto y sollosos les dijo: “Yo soy José; ¿vive mi padre? Sus hermanos perplejos y asustados solamente se miraban uno a otro sin poder decir nada. Entonces José dijo a sus hermanos: acercaos ahora a mi. Ellos temblorosos y sin poder decir palabra alguna se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano el que vendiste para Egipto. Ahora, no os entristezcáis, ni os pese haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros (Porque hay que recordar de nuevo, dice el Señor: Porque tus pensamientos no son mis pensamientos, y tus caminos no son mis caminos; Isaías 55;8).  
   La nobleza de José se hizo presente, consolando ahora a sus arrepentidos hermanos, diciéndoles: “pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni tampoco siega. Siguió diciéndoles: Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, para daros vida por medio de la gran liberación. Asi, pues, no me enviastes acá vosotros, sino Dios que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y gobernador en toda la tierra de Egipto.” Muy emosionado les dijo: “Desen prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor en todo Egipto; ven pronto a mí, no te detengas. Habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ganados y tus vacas, y todo lo que tienes. Con ruegos José envió éste mensaje a su anciano padre Jacob (Israel).”  
   También Faraón cuando se enteró de la noticia llamando a José le dijo: Dí a tus hermanos: Haced esto: cargad vuestras bestias, e id a la tierra de Canaán; y tomad a vuestro padre y a vuestras familias y venid a mí, porque yo os daré lo bueno de la tierra de Egipto, y comeréis de la abundancia de esta tierra. José hizo como Faraón se lo ofreció, y dio a sus hermanos todo aquello que ellos necesitaban: “Los llenó de comestibles, ropa fina, carros etc., y los envió para Canaán para darle las buenas noticias a su anciano padre.”  
   Después de algunos días la caravana por fin llegó a Canaán. Dejaron sus bestias aún con la carga y corrieron hasta donde se encontraba su padre; y con gritos de júbilo le dieron todas las buenas noticias que traían de Egipto. Varias veces le repitieron diciéndole: ¡Padre; José tu hijo aún vive! Y es el señor de toda la tierra de Egipto. Y el corazón de Jacob se afligió de alegría, y ellos le contaron todo lo que había sucedido. Y viendo Jacob los carros que José enviaba para llevarlo, su espíritu revivió. Entonces dijo Israel: Basta; José mi hijo vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera. 
   Salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. Y esa noche mientras él dormía Jehová-Dios le habló en visiones, y le dijo: “ Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí, Señor. Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación. Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver ; y la mano de José cerrará tus ojos. Luego, Jacob se marchó de Beerseba con toda su familia y todo su ganado, y se fueron con rumbo a Egipto; donde los estaba esperando José.”      

                                                                         FIN