Pablo previene a la congregación

 Aunque la iglesia de Filipos estaba aun libre de la influencia judaizante, sin embargo era menester  que se le advirtiera de aquel peligro que en cualquier momento podía venir desde afuera (cap. 3:2), así como tales influencias maléficas se habían infiltrado en las iglesias gálatas. En el cap. 4: 2, 3 hallamos una señal de un dato histórico (Hech. 16:13,14), al efecto de que había mujeres convertidas entre los primeros en abrazar el evangelio en Filipos.
   En cuanto al estado de la iglesia, deducimos ( 2 Cor. 8:1,2 ) que sus miembros eran pobres pero muy liberales; y de (Filipenses 1:28-30), que estaban sobrellevando las persecuciones. La única reprensión recordada tocante al carácter de ellos fué, de parte de algunos miembros, la tendencia a disensiones. Por tanto, la amonestación de Pablo sobre la desaveniencia (caps. 1:27 ; 2:1-14 ; 4:2). 
En cuanto al objetivo general de la Epístola: no sólo para agradecer a los filipenses la ayuda enviada por medio de Epafrodito, el que ahora volvía llevando esta carta, sino también expresar con su agradecimiento cristiano, y exhortarles a una vida  constante con Cristo, y amonestarles  respecto de las disensiones  existentes y posibles ataques futuros de parte de los judaizantes de afuera. Es notable en esta Epístola, en comparación con las otras, que, en medio de muchas alabanzas, no se expresa censura alguna de los recibidores. Ningún error doctrinal o discordia habían surgido; el único reproche sugerido es que algunos de la “iglesia filipense carecían de la humildad de corazón,” lo que resultaba en contiendas. Dos mujeres,“Evodia y Síntique,” se mencionan como habiendo faltatado en este respecto. La Epístola se puede dividir en tres partes: (1) Palabras de afecto dirigidas a los filipenses; referencias a su propia condición de preso en Roma y a la de ellos, y a la misión que encarga a Epafrodito  ( cap. 1:1; 2:23 ). Epafrodito probablemente tenía un puesto de importancia en la iglesia de Filipos, tal vez de presbítero. Después que Tíquico y Onésimo hubieron salido ( año 62dC. ), llevando las Epístolas a los Efesios, a los Colosenses, y a Filemón, el apóstol fué fortalecido en sus prisiones por la llegada de  Epafrodito con la ayuda de los filipenses. Este fiel “hermano, y colaborador y compañero de milicia” (cap. 2:25), había contraído por las fatigas del viaje una enfermedad peligrosa (cap.2:26-30). Pero ya estando restablecido, “deseaba” (cap. 2:26) volver a su rebaño filipense y en persona aliviar la ansiedad que por él sentían con respecto a su enfermedad; y el apóstol con alegría  aprovechó la oportunidad para enviar con él una carta de agradecido reconocimiento y de  exhortaciones fraternales. (2) Advertencias contra los propagandistas judaizantes, “ ilustradas por referencia a su actitud anterior ” y de entonces para con el legalismo judaico (3:1-21). (3) Amonestaciones a individuos, y a la iglesia general, agradeciéndoles el oportuno socorro; concluye con bendiciones y salutaciones.