Comentario General
El apostol Pablo había sido el instrumento para la conversión de muchos gentiles (Hech. 12:2), y de algunos judíos (Hech. 18:8), a pesar de la vehemente oposición que había entre sus mismos paisanos ( Hech. 18: 5, 6 ), durante el año y medio de su permanencia allí. Los convertidos eran principalmente de las clases humildes (1Co. 1:26 -31). Crispo (1Co. 1:14; Hech. 18:80), Erasto y Gayo (Cayo) eran, sin embargo, hombres de rango (Ro. 16:23). Una variedad de clases se sugiere también en 1Co. 11:22. El peligro de ser contaminados por el contacto de la corrupción social del medio en que vivían, y la tentación de aceptar la filosofía y la retórica griegas ( que la elocuencia de Apolos acaso tendería a fomentar, Hech. 18:24 - 28 ) en contraste con la sencilla predicación paublina del Cristo crucificado (1Co. 2:1-16), así como la oposición al apostol mismo de parte de ciertos maestros, naturalmente le causarían ansiedad. Emisarios de los judaizantes de palestina se jactaban de poseer “ las cartas de recomendación ”de Jerusalén, la metrópoli de la fe. Estos ciertamente no insistían en la circuncisión en la refinada Corinto, donde tal tentativa hubiera sido inútil, aunque sí habían insistido entre la gente más humilde de Galacia; pero atacaron la autoridad de Pablo (1Co. 9:1,2; 2Co. 10:1-8 ), declarándose algunos de ellos ser discípulos de Cefas (Pedro), el apóstol principal, y jactándose otros de pertenecer a Cristo mismo (1Co. 1:12; 2 Co. 10:7), mientras que arrogantemente repudiaban toda la enseñanza subordinada.Y dichas personas publicaban que ellos eran apóstoles ( 2 Co. 11:5,13 ). Su oposición a Pablo la basaban en que él no era de los doce, ni testigo ocular de los hechos evangélicos, y que no se atrevía a demandar el sostén de parte de la “iglesia cristiana” para probar su apostolado. Otro grupo de ellos se decían ser seguidores de Pablo, pero lo hacían en un espíritu partidarismo, exaltando al ministro antes que a Cristo. Los seguidores de Apolos, de su parte, estimaban en demasía su erudición y elocuencia alejandrinas en desprecio del apóstol, quien evitaba estudiosamente toda desviación de la sencillez cristiana (1Co. 2:1-5). Entre algunos de este partido filosófico es posible que se halla originado la tendencia antinomiana que defendía teoricamente su propia inmoralidad. De aquí pues, que negaran la resurrección futura, y adoptaran el tema epicúreo prevaleciente en la pagana Corinto: “Comamos y bebamos, que mañana moriremos” (1Co. 15:32). Fue por esto, tal vez, que se toleró la práctica incestuosa con sumadrastra, durante la vida de su padre, de uno que era considerado como miembro del cuerpo cristiano. La familia de cloé informó a Pablo de otros muchos males: tales como las conteciones, desaveniencias, y pleitos contra hermanos en los tribunales paganos, de parte de cristianos profesos; el abuso de sus dones espirituales en ocaciones de ostentación y fanatismo; la interrrupción del culto público por ministraciones simultáneas e informales, y la violación del decoro por mujeres que hablaban con la cabeza descubierta (contrariamente al uso oriental), usurpándose así el oficio del hombre, y aun la profanación de la Santa Cena del Señor por la voracidad y orgías de parte de los que participaban.