Abraham Obedeció (Hebreos 11:8)

¡Cuánto significado encierran esas dos palabras! Si Abraham se hubiera negado continuamente a obedecer a la voz divina que le ordenaba emprender su largo y solitario peregrinaje, hubiera tenido que terminar en la oscuridad de una tumba desconocida en la tierra de Ur,  como les ha ocurrido y les seguirá ocurriendo a tantos orientales. En cambio, gracias a Dios, Abraham obedeció y, con ese acto, puso la primera piedra de los cimientos sobre los cuales se alzaría la noble  estructura de su vida. 
   Es posible que lea estas palabras alguien cuya vida no ha sido más que desengaños y tristes sorpresas. No ha podido ver realizada la promesa de su juventud. ¿No cree que esto pueda deberse a que escuchó la voz de mando en algún momento en su pasado, llamándolo a un  acto  de sacrificio personal, y se negó a obedecer ? Ese pudo ser su error fatal.   
   ¿No sería bueno averiguar si eso es así, regresar a ese momento y realizar lo que ha venido postergando, y es posible hacerlo todavía? “El es clemente y misericordioso; lento para la ira y grande en misericordia.”  No utilice su demora como argumento para seguir demorando, sino como razón para actuar inmediatamente. “¿Por qué te detienes?” ( Hechos 22:16 ).  
 Abraham, según la historia, al principio recibió su llamamiento divino con  actitud indecisa y obediencia parcial, por muchos años se olvidó de él completamente. Sin embargo, la puerta se mantuvo abierta para que él entrara y la bondadosa mano de Dios seguía alentándolo, hasta que levantó sus tiendas y emprendió su largo viaje a través del desierto con todo el entusiasmo y la energía de que era capaz. Este fracaso parcial está lleno de valiosísimas lecciones para nosotros. 
   1. Al principio, la obediencia de Abraham fue parcial solamente. Se llevó consigo a Taré  (padre de Abraham). Realmente se dice que “tomó Taré a Abraham su hijo, y a Lot hijo de Harán, y Sara su nuera; y salieron de Ur de los Caldeos ”  ( Génesis 11:31 ). Cómo fue que Taré decidió dejar la tierra de su predilección las tumbas de sus muertos, donde descansaban los restos de  su  hijo Harán, no lo sabemos. En realidad él nunca manifestó mucho interés en el traslado de la familia, y sus aspiraciones manifestaban indecisión y confusión; además, de su presencia a lo largo del  trayecto  produjo un efecto desastroso, puesto que retardó  la marcha de Abraham e interpuso un paréntisis de varios años en el cumplimiento de una obediencia cuyo primer impulso había sido tan prometedor.