Pero Jehová Dios había dicho a abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. “Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.” “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”
Los viajes de Abraham se iniciaron en Ur de los caldeos (Gén. 11:31), una de las ciudades sumerias en las riberas del río Eufrates, “en la zona sur de Mesopotania.” La historia nos dice que esta ciudad era de suma importancia en aquel entonces. Algunos arqueólogos en sus multiples excavaciones han encontrado objetos valiosos de aquella época (2800aC.), que son verdaderas obras de arte. El nombre de Ur de los caldeos proviene, de su fundador “Ur Nammu, fundador de la tercera dinastía de Ur” un siglo antes del patriarca Abraham.
Cuando Abraham inició su “viaje a tierras desconocidas” lo llevaron a Haran, ciudad comercial ubicada en la región conocida como Padan-Aram, nombre que sugiere que las gentes de origen arameo ya se encontraba morando y radicados en esa ciudad. Luego, de dejar Harán,“el patriarca” su familia y demás acompañantes “viajaron rumbo hacia el sur,” a la tierra de Canaán; territorio muy poblado por “diferentes pueblos semitas,” conocidos como “cananeos por habitar ésta región” (Gén.10:6-18). En la era de los patriarcas Canaán se encontraba dominado por los egipcios. Los descendientes de Abraham se ubicaron en las afueras de las grandes ciudades cananeas, como Siquem, Bet-el, y Hebrón (Mamre). Se dedicaban a la agricultura, al ganado, y tenían grandes rebaños que consolidaban su riquezas (el intercambio comercial se hacía con oro y plata ). Cuando el patriarca Abraham compro (Macpela) una propiedad para sepultar a los suyos, “ pagó 400ciclos de plata (en aquel entonces se pesaba el oro o la plata, en señal de pago).”
