El Impetuoso Apóstol Pedro

Simon, o Simeón, fue nativo de Betsaida ciudad situada a las orillas del mar de Galilea, hijo de Jonás, o sea Juan. Con su padre y hermano Andrés desempeñaba el oficio de pescador en Cafarnaúm, su domicilio subsecuente. Era casado, y la tradición dice que el nombre de la esposa era Concordia o Perpétua. Clemente Alejandrino (escritor) dice que ella sufrió el martirio, animándola Pedro a ser fiel hasta la muerte: “Acuérdate, amada, de nuestro Señor”. Su suegra fue restablecida de la fiebre, por Cristo. Fue llevado a Jesús por su hermano Andrés, el cual había sido discípulo de Juan el Bautista, y por él fue dirigido a el Salvador como “Cordero de Dios”. El Señor Jesús le dió un nuevo nombre por el cual es bien conocido Pedro (griego) o Cefas (arameo), “piedra”. No se unió al grupo  inicial del Señor sino un poco después. Los incidentes señalados de su vida apostólica son bien concidos: caminó sobre el mar turbulento al encuentro con Jesús, y por dudar empieza a hundirse; su reconocimiento a la persona divina de Jesús, no obstante las dificultades contrarias a tal creencia, por lo cual se le denominó entonces “piedra” ; pero su reprensión por el Señor cuando les anunció lo que fue tan impactante como su pasión y muerte; su ida de un extremo al otro opuesto, en referencia al ofrecimiento de Cristo de lavarle los pies; su declaración arrogante de que él nunca lo abandonaría. Pero, fué acompañada por su triple negación ante la prueba con maldiciones; su profundo arrepentimiento: el pleno perdón de Cristo y la profecía de su fidelidad hasta la muerte, después que hubo recibido de él la profesión de su “amor”, repetida cuantas veces a su previa negación. Estos incidentes muestran su carácter, celoso, piadoso y ardientemente ligado al Señor, y presto a declarar sus convicciones con franqueza; era ligero en juicio, precipitado, demasiado confiado en la aseveración de su firmeza; el resultado fue que, aunque abundaba en coraje humano, su coraje moral se dejaba vencer facilmente por el temor a la opinión de hombre. Un cambio maravilloso se operó en él por la restauración después de su caída, por la gracia de su Señor resucitado. Bien ha sido llamado “la boca de los apóstoles.” Su fidelidad motivó su encarcelamiento por Herodes Agripa, con miras de su ejecución,  pero fue liberado, por el ángel del Señor.