Simon Pedro líder de la iglesia primitiva

Después de la ascensión del Señor a los cielos, tomó la iniciativa en la iglesia; y con la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, ejerció el poder predeterminado de las “llaves” del reino de Cristo, abriendo la puerta de la iglesia, en la predicación, para la admisión de miles de israelitas; y aun más así al abrir (en obediencia a revelación especial) un acceso para los gentiles “devotos” (eso es, prosélitos judaicos del paganismo), Cornelio y otros, caso precursor de la cosecha allegada luego de los gentiles idolátricos de Antioquía. Esto explica el sentido de las palabras que Jesús le aplicó al decir: “Sobre esta roca edificaré mi iglesia”..., es decir, sobre Cristo (Cristo es la “Roca” ), en relación con quien solo se le dió la designación: título compartido en común en las mismas condiciones por los demás apóstoles, como los primeros fundadores de la iglesia de Cristo, “la principal piedra de ángulo”. Se da un nombre a menudo en el hebreo, no que la persona sea idénticamente la misma cosa, sino que tiene alguna relación especial con ella: Así como Elías significa Jehová-Poderoso, Simón es llamado Pedro, “la roca”, no porque lo fuese, sino salvo por la relación con el Señor Jesús la Roca Verdadera (Isaías 28:16 ; 1Co. 3:11). Pedro afirmó que Cristo era el Hijo de Dios, y se identicó con su Maestro, y de consiguiente es llamado “roca”. Es innegable que no hay caso escritural de que Pedro haya sido arrogante ni vanaglorioso; por el contrario, se le presenta como un enviado (servidor) de los apóstoles de Jerusalén para confirmar a los samaritanos que fueron bautizados por Felipe el diácono; otra vez, en el concilio de Jerusalén, no él, sino Jacobo el presidente, u obispo principal de aquella ciudad, fue quien pronunció la decisión autoritativa (Hechos 15:19) : “Yo juzgo...” Cierta clase de primado, sin duda, (pero no supremacía) le fue dada a Pedro, en atención a su edad, y a su marcada sinceridad y valentía al tomar la iniciativa en muchas ocaciones importantes. De ahí que sea llamado “primero” en la enumeración de los doce apóstoles. De ahí también la frase “Pedro y los once”. “Pedro y los demás apóstoles” ; y Pablo, al llegar a Jerusalén después de su conversión, fue a ver a Pedro en particular.