El reino de Judá en conflito con Asiria

 Grandes problemas se le presentaron al reino de Judá entre los años 722 y 587aC., estuvo amenazado constantemente por Asiria, y también situaciones internas que se presentaron. Senaquerib relata de qué manera tomó cuarenta y seis de las ciudades amuralladas de Judá y cómo sitió al rey Ezequías “como un pájaro enjaulado”. El profeta Isaías le aseguró a Ezequías que Senaquerib no entraría a Jerusalén, y la ciudad fue milagrosamente preservada (Isaías caps.36, 37). 
   Todo reino tirano tarde o temprano llega a su fin. Asiria estuvo oprimiento por largo tiempo a toda el Asia occidental, era completamente odiada por sus crueldades y prácticas, contra los pueblos débiles. Su “fin se produjo cuando Ciaxares de Media unió sus fuerzas con Nabopolasar” de Babilonia para destruirla. El ataque fue dirigido por Nabucodonosor. Luego en el año 614 aC., cayó la antigua capital de Asur. Dos años después la poderosa Nínive fue totalmente destruída, hasta el punto que muy pronto se olvidó donde se encontraba ubicada. En el año 610 aC., Nabucodonosor derrotó a los asirios en Harán, última región fuerte al norte de Mesopotania. También el faraón Necao, rey de Egipto, decidió detener la carrera ascendente de Nabucodonosor, pensando que “Babilonia era un peligro mayor que Asiria.” Josías, rey de Judá, “marchó a Meguido”  para combatir a Necao. Josías fue muerto (2Reyes 23:29), pero es posible que haya demorado a Necao lo suficiente como para asegurar la victoria babilónica en Harán. 
   Nabucodonosor continuó su campaña victoriosa sobre Asiria, al derrotar a Egipto en Carquemis (año 609 aC.). Cuando quiso avansar con rumbo sur hacia la frontera egipcia, se enteró de la muerte de su padre, volviendo a Babilonia para asegurarse el trono. 
   Algunos años mas tarde Nabucodonosor volvió a Asia occidental. Quería conquistar a todos los territorios que habían estado bajo el yugo asirio, y de esta forma tener más “poder”en su imperio. Jerusalén había resistido las constantes invasiones de Senaquerib, pero Nabucodonosor se preparó obligando que se rindiera incondicionalmente. Luego, en el año 597 aC., derrotó a los ejércitos de Judá y deportó a varios altos funcionarios de gran jerarquía de la ciudad de Jerusalén (2Reyes 24:10-17). El rey Joaquin fue llevado a Babilonia, junto con el profeta Ezequiel y numerosos líderes de Judá. El profeta Jeremías quedó en Judá e instó al pueblo que se sometiera a los babilonios, pero un grupo pro-egipcio se dedicó a ocacionar serios problemas, y devido a ésta situación el rey Nabucodonosor regresó en el año 587 aC., y se apoderó de Jerusalén, destruyendo gran parte de la ciudad y el templo. De esta manera se inició el periodo conocido en la historia como el exilio o la cautividad babilónica sobre el pueblo de Israel (2Reyes 25:8-21).