Un niño hebreo en el palacio real

Fue adoptado por la hija del faraón y educado bajo las normas egipcias, y llegó a ocupar grandes puestos en la corte de este país. Años mas tarde se identificó con los sufrimientos de su pueblo, y por salvar a uno de los suyos, tuvo que matar a un cruel verdugo. Forsado tuvo que “emigrar” al desierto oriental donde vivió varios años, y luego por mandato de Dios volvió a Egipto.“Jehová-Dios le indicó todo lo que debía hacer para enfrentarse al faraón” y de esta forma fue el gran líder que salió con el pueblo israelita liberado de la esclavitud egipcia. Después que Jehová-Dios instituyera la Pascua, el pueblo de Israel inició su odisea rumbo a la tierra prometida. Continuaron en dirección norte hacia el Golfo de Suez (tradicionalmente se le dá el nombre de “el Mar Rojo” ), al sitio por donde el pueblo de Israel cruzó las aguas. El cruce del Mar Rojo fue milagroso. Jehová-Dios hizo que un “recio viento oriental dividiera las aguas para que los israelitas pasaran en seco (Exo. 14:21-31). Sin embargo, el comando egipcio que venía en persecusión  del pueblo de Israel, cuando intentaron pasar de la misma forma pereciron; al juntarse de nuevo aquellas aguas, ocacionando así la destrucción de aquel poderoso ejército. Una vez liberado Israel del yugo egipcio continuó su viaje hacia el sur e internandose de esta manera en la penísula del Sinaí. Luego, en el monte de Sinaí fue donde “Jehová-Dios le entregó la ley a Moisés,” y el pueblo le prometió lealtad a Dios. Se inició el sacerdocio con Aarón hermano de Moisés, y éste fué nombrado el sumo sacerdote, oficiando en un satuario y tabernáculo móvil, donde se hacían los sacrificios, y estaban las tablas de la ley de Dios. 
   Después de todo lo sucedido en el monte del Sinaí, Moisés comandando al frente del pueblo de Israel se dirigió rumbo al norte, buscando Canaán la tierra prometida. Fue así como desde la zona fronteriza de Cades-Barnea fueron enviados espías para reconocer la región, y al regresar informaron que la tierra era bastante buena pero que sus habitantes eran fuertes y poderosos   (Números 13: 25-33). 
   Cuando se estudia la historia del éxodo del pueblo de Israel hacia la tierra prometida, encontramos una cantidad de anomalías cometidas por ellos, y como constantemente acosaban a Moisés y desobedecían “las órdenes que Dios les daba por medio de su siervo.” Este siempre fué un pueblo rebelede, difícil y voluntarioso. Por esa razón vagaron cuarenta años por el desierto sin poder tomar posesión de la tierra prometida, y su “mayoría murió en el desierto,” ecepto aquellos que fueron obedientes y estuvieron siempre acatando las órdenes que su líder (Moisés) recibía del Señor. Sin embargo, el mismo “Moisés murió sin poder entrar en la tierra prometida, por un error grave” que él cometió ante Jehová-Dios (Deut. 32:48-51 ; 34:1-12).